Para construir una casa de hormigón pre-industrializado, literalmente, solo es necesario entre un cuarenta y un treinta por ciento del tiempo que precisa una construcción tradicional. Y luego están los detalles.
Con esa baza en la mano, la de la construcción en un tiempo que, a priori, casi parece de otra dimensión, -permítannos la insistencia: para construir una casa de hormigón preindustrializado se necesitan de cinco a seis meses mientras que el periodo de tiempo para la construcción de una casa de forma tradicional, se sitúa entre los catorce y quince meses- con esa baza, como decíamos, ya está ganada la primera mano.
¿Seis meses es el tiempo real del proceso completo para construir una casa estándar con hormigón? Sin duda, la respuesta es sí pero ¿qué es necesario para construir una casa de hormigón pre-industrializado?
Lo mismo que para cada uno de esos pasos que determinan nuestra vida, los que marcan el fin de una etapa y el comienzo de la siguiente, los que exigen prioridad y concentración absolutas, hace falta un plan; eso sí, en este caso, solo uno, porque el proceso de construcción de una casa hormigón pre-industrializado se controla de forma tan exhaustiva desde la fabricación de módulos hasta el final de obra y la entrega de llaves que, sencillamente, no hace falta plan B. No va a haber una pieza que no encaje, ni una fachada que no cuadre ni siquiera un material que sobre y del que haya que deshacerse después; todo está hecho, realmente a medida y, en consecuencia, todo encaja.
Volvamos al primer paso, el plan. La decisión está tomada y, tras consultar publicaciones especializadas o darse una vuelta por los barrios más y menos residenciales de la ciudad, la cabeza bulle, como caldero mágico, en pos de una idea definida que encaje con el presupuesto disponible. Diferentes composiciones, combinaciones y materiales; distintas texturas, acabados y colores, se alborotan para crear y recrear mil y una imágenes de la casa deseada, de la casa soñada. Se impone el paso dos, hay que buscar un equipo profesional que ponga un poco de orden para hacer que los deseos que bullen sin descanso ni orden alguno, se conviertan en realidad.
El equipo se pone manos a la obra. Conocen los materiales y escuchan todos y cada uno de los deseos del cliente porque saben darle forma a su idea, saben encajar las preferencias y convertirlas en realidad, saben utilizar los recursos necesarios y ayudar al cliente a concebir el proyecto. Es el pistoletazo de salida en la etapa de la construcción.
Un paso más y el proceso entra en la fase, algo más árida, del papeleo necesario, de las cuestiones legales previas relacionadas con el proyecto pero, pasado el trámite administrativo, cliente y arquitecto vuelven al terreno de juego, cuentan con cartas seguras: medidas, materiales, captación de luz, aislamiento acústico y térmico durante todo el año; estas particularidades son inherentes a la construcción de una casa con hormigón pre-industrializado, sencillamente no se puede hacer de otra manera, se trata de una construcción óptima y eficiente por naturaleza.
Una construcción que también dispone de otras características que dan más juego, que pueden hacer más interesante la partida, porque personalizan la construcción y están en paso siguiente, en la elaboración de un proyecto y la presentación del mismo. Es en esta etapa cuando la casa pre-industrializada empieza realmente a ir más allá, cuando toma forma sin limitaciones estéticas o funcionales, gracias a los múltiples recursos de los que dispone, cuando se convierte en una realidad que, casi, es palpable.
Y de ahí a iniciar la construcción hay solo un paso.
El cliente ha conseguido, baza a baza, hacerse con la partida y ahora se acerca la jugada final. Tuvo un sueño y buscó hasta encontrar los materiales que pudieran hacerlo realidad, eso no pasa todos los días.
Decidió ponerse manos a la obra lo antes posible y, para ello, buscó a quienes pudieran estar a su lado y de su parte, profesionales curtidos en la construcción con hormigón preindustrializado que saben sacar el mayor partido a cada material, jugar con las posibilidades de diseño que ofrece para conseguir la construcción deseada, personalizada y exclusiva que no deja de pasearse por la cabeza del cliente y, además, conocen el valor del tiempo y no están dispuestos a desperdiciar ni un solo día.
Entonces, por fin, comienza la que probablemente sea la etapa más práctica del proyecto: la fabricación del material para construir la casa de hormigón pre-industrializado que se hará realidad en pocos meses.
El proyecto está sobre la mesa y ha sido aprobado. Arquitecto y fabricante de hormigón pre-industrializado se convierten en protagonistas de esta nueva etapa, la etapa de la ejecución.
Las piezas son fabricadas, con precisión absoluta, siguiendo las indicaciones del proyecto; las partes se fabrican en espacios controlados que incrementan la seguridad, tanto para los fabricantes como para los materiales que, ensamblados, constituirán la nueva vivienda de hormigón pre-industrializado sin margen de error y sin residuos, contribuyendo, también en esta fase, a una sostenibilidad que beneficia al propietario y al medio ambiente.
Las piezas realizadas en fábrica, debidamente transportadas, llegan al terreno de edificación donde son recibidas por los cimientos, previamente dispuestos, y ensambladas. ¿En cuánto tiempo? en un proyecto estándar, el periodo aproximado es de entre diez y quince días.
¿Tiempo real de construcción? Depende de la superficie que vaya a tener la vivienda pero, como regla de oro: un tercio de lo que se tardaría en construir la vivienda siguiendo el modo de construcción tradicional.
Así están las cosas: invertir menos tiempo en la construcción significa ahorro de tiempo y dinero y construir una vivienda con hormigón pre-industrializado significa personalización del proyecto, mejor aislamiento térmico y acústico, sostenibilidad y mínimo mantenimiento.
No vale de nada darle más vueltas, no hay plan B y es porque, sencillamente, no existe una opción mejor.
