Las viviendas industrializadas deberían tener, como ocurre con casi todo en la vida, una “cara A”, en la que se cantaran sus ventajas y beneficios y una “cara B” con la música y la letra de sus desventajas, y no es así. Si habíamos creado cierta expectación, lo sentimos, en este caso, solo hay cara A y el contenido es de suma excelencia. Siguiendo con la metáfora, se trata de un CD de última generación y el resultado, como no podía ser de otro modo, es rompedor.
Porque, sencillamente, cuando hablamos de viviendas pre-industrializadas de hormigón las ventajas se acumulan de tal forma que es necesario poner orden y numerarlas para entender, hasta qué punto, se trata de la mejor opción actual que se puede elegir para llevar a cabo un proyecto de construcción de excelentes calidades, sostenible, seguro y que se puede llevar a cabo en un tiempo de auténtico récord.
Encendemos el equipo y cargamos esa “cara A” única. ¿Preparados? Vamos a descubrir esos cuatro beneficios clave de las viviendas pre-industrializadas de hormigón. Un aviso importante: que nadie se sorprenda si le suena a música celestial.
Rapidez
La rapidez es una de las características más importantes de la construcción con estructuras de hormigón pre-industrializadas y, probablemente, la más sorprendente. Uno de los inconvenientes con los que arquitectos y constructores se encuentran a la hora de enfrentar un proyecto es la inmediatez porque, como es natural, el deseo de ver terminado el proyecto y de que pueda ser habitado se impone con fuerza.
¿Qué ocurre con las viviendas pre-industrializadas? Ocurre lo que podría parecer magia cuando, en realidad, se trata de técnica y materiales que llegan con las tareas hechas. Nos explicamos.
Las casas pre-industrializadas tienen un planteamiento completamente diferente al de la construcción tradicional. Los diseños y planos manejan estructuras pre-industrializadas perfectamente acondicionadas. Aislantes acústicos y térmicos están incorporados y eso reduce el tiempo de construcción. Además el ensamblaje, la construcción propiamente dicha, también reduce sus tiempos de forma más que notable porque las piezas preindustrializadas encajan a la perfección sin que sea necesario perder tiempo en reestructuraciones o correcciones. El margen de error es prácticamente inexistente.
Y asociado a la rapidez, como uno de los socios con más peso en el proyecto, nos encontramos el factor ahorro. Dos puntos a destacar. El primero: el proceso es mucho más corto, hablamos de una reducción en el tiempo de construcción de en torno a un sesenta por ciento. El segundo: los materiales están prediseñados para ser ensamblados con alta precisión, lo que evita los clásicos deshechos de obra, las horas extra y la adquisición de nuevos materiales para encauzar un fallo en plano. Sumando estos dos puntos, es imposible no apreciar que la reducción de costes se convierte en un aliciente a tener muy presente en las cuentas finales del proyecto de construcción.
Seguridad
Para hablar de la seguridad en el proceso de construcción de viviendas preindustrializadas, tenemos que desdoblar el epígrafe en dos partes. Una de ellas se refiere a la seguridad laboral en el sistema de construcción. Se trata de un sistema mucho más estructurado, controlado y seguro, lo que reduce exponencialmente la siniestrabilidad laboral. La segunda parte se refiere a la vida real de las viviendas pre-industrializadas, cuando realmente adquieren sentido, cuando son habitadas. En este caso, los beneficiarios de esta seguridad son sus ocupantes que disfrutan de menos riesgos asociados, por ejemplo, a la humedad, ya que los paneles han sido fabricados utilizando materiales secos en atmósferas muy controladas y siguiendo protocolos de seguridad muy estrictos.
Versatilidad
Diseñar y construir, vivir y disfrutar una casa pre-industrializada de hormigón, no encaja con el cliché facilón de simpleza estructural o decorativa. Esa idea, que puede pasar por la cabeza de arquitectos constructores o futuros habitantes, se desvanece instantáneamente cuando se da el primer paso en el mundo de las viviendas preindustrializadas de hormigón y se descubre la palabra mágica: versatilidad.
Versatilidad en la combinación que las construcciones modulares ofrecen, en el lugar elegido para llevar a cabo el proyecto o respecto a la disposición exclusiva que imprima el sello de singularidad a la vivienda. Versatilidad de un amplísimo abanico de colores, texturas y opciones de personalización con las que los arquitectos, pueden diseñar con los valores estéticos que ofrecen otros materiales pero con la calidad constructiva que solo permite el hormigón.
Sostenibilidad
Hasta hace unos años, hablar de sostenibilidad era algo vanguardista, novedoso y, quizá hasta marginal. Hoy, quien inicie un proyecto de construcción y no tenga en cuenta, como uno de los factores más importantes, la sostenibilidad, estará iniciando ese desagradable camino que lleva a situar a los profesionales fuera del mercado.
La sostenibilidad, en el caso de las viviendas pre-industrializadas, se expande a lo largo de todo el proceso, es protagonista absoluta. Está presente en la fabricación de las estructuras, en la construcción a partir de las mismas sin generar residuo alguno y está presente en la fase en que la estructura toma vida al ser habitada, en la eficiencia energética que los materiales ofrecen manteniendo atmósferas con temperaturas tan agradables como saludables con el mínimo gasto económico y medioambiental.
Rapidez, seguridad, versatilidad y sostenibilidad. Beneficios irrenunciables a la hora de llevar a cabo un proyecto para construir una casa pre-industrializada pisando con firmeza y seguridad el suelo de este siglo XXI en el que estamos.
Se puede mirar atrás, pero si se hace, un consejo, que sea solo para coger impulso, el futuro ya está aquí y se construye con estructuras pre-industrializadas de hormigón.