El momento es ahora. Es posible mirar hacia atrás y contemplar la construcción de la fachada de un edificio en altura a la antigua usanza, es posible, desde luego, pero también es cada vez más difícil. No es disparatado pensar que, en poco tiempo, será necesario apelar a la imaginación y a las fotografías para poder hacerlo o, quizá, de algún tour turístico que muestre cómo se construían fachadas “entonces”.
¿Y cuánto hace del principio del declive de aquél “entonces”? Apenas han pasado unas décadas desde la llegada de los paneles pre-industrializados de hormigón, realmente no es tanto tiempo, además, su crecimiento no ha sido continuo.
¿Qué es lo que ofrecen para que ahora se hayan vuelto irresistibles para la construcción de fachadas de edificios en altura?
Un par de datos pueden establecer el punto de partida para responder a esta pregunta. Cuando el hormigón preindustrializado empieza a darse a conocer en el mundo de la edificación para fachadas en altura, hay dos características, por encima de cualquier otra, que lo catapultan hacia adelante: con los paneles pre-industrializados de hormigón, la construcción de fachadas de edificios en altura reduce tanto el tiempo de ejecución de obra como los gastos.
Sin duda, dos motivos con el peso suficiente como para conquistar la carpeta de proyectos de cualquier constructor que se atreviera a pasar a formar parte de la vanguardia.
Pero ahora ya no se trata de vanguardias, se ha corrido la voz, y mucho. Ahora, es cada vez más habitual que los clientes contacten con constructores y arquitectos solicitando información exhaustiva, cuando no directamente un proyecto, para fachadas de edificios en altura con paneles pre-industrializados de hormigón. Se trata de clientes informados, concienciados con el medio ambiente, clientes que buscan un servicio innovador pero seguro y facilitado por profesionales con experiencia demostrada.
La realidad se impone, está pasando, el momento es ahora.
¿Por qué dejar atrás la forma tradicional, la forma in situ, y construir fachadas en altura de una forma pre industrializada? ¿Qué es lo que ha cambiado para que los clientes estén tan informados y sean tan exigentes?
Hay respuestas evidentes: la investigación en innovadores y mejores materiales; la abundancia de nuevos proyectos visualmente accesibles en las ciudades; las nuevas normativas; la autopista informativa de Internet; las redes sociales; el desarrollo profesional, etcétera. Todas esas respuestas son ciertas, son factores que han puesto al alcance de más clientes potenciales esta forma de construir, pero no han sido determinantes.
Lo que realmente ha movilizado, está movilizando, a los constructores, arquitectos y clientes, son las inmejorables ventajas, contantes y sonantes, que ofrece trabajar con paneles pre-industrializados de hormigón para fachadas de edificios en altura.
Más allá de la reducción en los tiempos de ejecución y en los gastos, que ya son dos atributos premium, la construcción de fachadas en altura con bloques preindustrializados de hormigón ofrece ventajas que, actualmente, se han convertido casi en mantras y que en el futuro, probablemente, acaben considerándose normas básicas para la construcción.
La industria del hormigón prefabricado añade a las constantes de calidad, tiempo y diseño nuevos valores y cualidades optimizadas que son las responsables de que esta forma de edificar se esté adueñando del panorama actual de la construcción de fachadas de edificios en altura.
- Sobresaliente reducción, en torno a un 63 por ciento, en los tiempos de ejecución lo que significa, en la mayoría de los casos, menos de la mitad que el plazo tradicional.
- Exactitud en el desarrollo y conclusión del proyecto gracias a las nuevas tecnologías que permiten eliminar cualquier error de diseño o producción y hacen posible un ensamblaje y anclaje perfectos de los paneles, lo que da un plus de seguridad al fabricarse los materiales con unas proyecciones de cantidad y en un entorno de calidad más controlados.
- Reducción de mano de obra, lo que se puede traducir en menos gastos y en una mayor sinergia en el funcionamiento del equipo al tratarse de coordinar un número menor de personas.
- Versatilidad constructiva en el diseño, ofreciendo gran libertad creativa en las fachadas en cuanto al color, forma y textura, para que cada proyecto cuente con su singularidad, con el sello personal que lo caracterice y distinga.
- Excelente aislamiento térmico y acústico que permite preservar la intimidad en los y mantener una absoluta eficiencia energética creando atmósferas estables, independientemente de la situación climatológica exterior.
- Sostenibilidad que se cimenta en la eficiencia energética y en una característica exclusiva de este tipo de construcciones: cero residuos, porque construir fachadas con estructuras de hormigón preindustrializado no genera residuo alguno.
El futuro de las fachadas de edificios en altura ya está aquí y viene indefectiblemente unido a las estructuras de hormigón preindustrializado. Los clientes lo saben y no se van a conformar con menos.
